¿Como entenderme con mi hijo adolescente? Esta es una pregunta que a menudo escuchamos o nos hemos planteado alguna vez en cuanto a la comunicación y educación de nuestros hijos e hijas adolescentes. En esta etapa, la comunicación entre padres e hijos se hace más complicada, incluso en las familias donde ha habido una buena relación durante la infancia.
Y es que la adolescencia es un momento vital en el que los chicos y chicas experimentan cambios considerables a nivel físico, intelectual y emocional. En esta etapa están construyendo su identidad, demandan más autonomía y poder de decisión y la relación con los amigos, sentirse aceptado y perteneciente a un grupo cobra muchísima importancia.
Por otro lado, para los padres es normal que todos estos cambios les cueste aceptarlos y afecten a la dinámica familiar e incluso a la relación de pareja. Con frecuencia los padres ven como la relación con sus hijos se vuelve un continuo pulso, sin embargo, tienen que saber que aguantar este pulso es parte del aprendizaje que los adolescentes tienen que experimentar.
Para mejorar esa comunicación, te facilitamos una serie de recomendaciones:
- Comunicación positiva: Evita las críticas y transforma los comentarios, ordenes o reprimendas en comentarios constructivos haciendo reflexionar a vuestro hijo sobre las consecuencias de su conducta. ¡Sabemos que es difícil pero no imposible!
- Céntrate en los logros y habilidades: en las cosas que hace bien tu hijo y refuérzaselo verbalmente. Ellos deben saber qué es lo que piensas.
- Intenta escucharlos hasta el final: deja que tu hijo se exprese y no lo interrumpas, obtendrás más información sobre qué es lo que piensa.
- Mantén la calma: cuando te cuente algo que no te gusta, controla tus impulsos. Espera a encontrarte sereno para preguntarle porque ha hecho determinada conducta. Si directamente le gritas o te enfadas, terminará por no informarte en el futuro. Si tienes que decirle a algo que “no”, hazle saber que entiendes que es importante para él o ella, pero que en ese momento no puedes dárselo, “argumenta tu no”.
- Ayúdale a encontrar soluciones: cuando te platee un problema ayúdale a encontrar la solución más adecuada para él y para la familia si es el caso. Es importante también que comiencen a responsabilizarse de sus decisiones. Por ejemplo: la hora de llegada a casa después de salir con amigos.
- Dale importancia a las cosas que te cuenta: aunque pensemos en algunas ocasiones que son tonterías. Si no lo hacemos, podría dejar de contarnos las cosas que le preocupan. Por otro lado, procura que los temas de los que habléis no giren en torno sólo a cuestiones académicas, las tareas domésticas que tiene que hacer en casa, si no nos gusta la forma de vestir o las amistades que tienen.
- Intenta tratarlo como un adulto: le ayudará a crecer como persona. A veces como padres se nos olvida o no queremos darnos cuentas de que nuestros hijos se hacen mayores.
- Pregúntale como se siente: eso le ayudará a expresar sus sentimientos y a que podamos ayudarles para que se sientan mejor en esta etapa.
En conclusión, como padres y madres debemos ser conscientes de las barreras que dificultan la comunicación con nuestros hijos para poder traspasarlas y mantener una relación fluida. En muchos aspectos somos un pilar y un punto de referencia para nuestros hijos aunque en algunos momentos lo dudemos o pensemos lo contrario. Depende de nosotros como padres hacer un esfuerzo y continuar con un clima de confianza y apoyo en esta etapa tan difícil para ellos, aunque en algunos momentos lo dudemos o pensemos lo contrario. Depende de nosotros como padres hacer un esfuerzo y continuar con un clima de confianza y apoyo en esta etapa tan difícil para ellos.
Autor: Inés Jiménez Viera.
Licenciada en Psicología y Máster en Mediación. Experta en Mediación Familiar y Menores en Conflicto y Experta en Mediación Civil, Social y Justicia Restaurativa.
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